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La Astrología tradicional en el mundo de los productos del siglo XXI


La Astrología tradicional en el mundo de los productos del siglo XXI

Si el sistema solar donde vive el ser humano está sujeto a la duración de la vida de su centro -el Sol- que es una estrella enana cuya mitad de vida ya ha pasado, la vida de la Tierra, y la aparición del ser humano sobre su rugosa superficie parece un asunto acaecido realmente el día de AYER.

La vanidad humana tiene su origen, su alimento y su energía en la ignorancia sobre las dimensiones del tiempo-espacio donde parpadea brevemente su existencia. 

 La ilusión de ESPECIE HUMANA hace pensar en gran duración y hay la ilusión de continuidad.  Como si una gota del océano que se evapora se apoyara en la inmensa cantidad de gotas que le rodean para sentir que tiene PERMANENCIA DE EXISTENCIA. 

 En diferentes épocas, y en diferentes longitudes y latitudes de este nuestro planeta, seres humanos han expresado estos sentimientos y han creado artes, religiones, filosofías y ciencias.  Cada mente, a su modo, como en un circo que se monta y se desmonta para asombrar al auditorio, ha presentado su teoría y ha enmudecido a sus seguidores.

En el siglo 21, gracias a los medios de comunicación, nada de lo que ocurre en ningún lugar del mundo está más lejos que la esquina de nuestra casa.  La ciencia, como un una realidad en manos de un mago de fuegos artificiales fascinantes, se ha deshecho en PRODUCTOS.  Aviones que surcan los cielos, cruceros que surcan los mares, automóviles que surcan las autopistas congestionadas, imágenes que salen de pantallas, pantallas que dan formación, cremas líquidas o espesas para los dientes, zapatos de todo precio, estallido de formas a nuestro alrededor que nos invitan a prestarles nuestra atención, acercarnos y tocarlos y comprarlos.  Es el mundo de los productos. 

Las religiones y las filosofías han quedado solamente como inmensas manchas de hormigas que avanzan con tapaojos ante los productos, porque si los feligreses entran al supermercado de los productos y llevan tarjetas plásticas con poder de compra, todos los feligreses abandonarán a sus dioses y se dedicarán a comprar.

Por eso la ciencia ha triunfado ante la filosofía y ante la religión.  La ciencia se expande debido a la versatilidad de  PRODUCTOS cada vez más sugestivos y numerosos: sacia  ese anhelo del ser humano de dar a su vida SIGNIFICADO.

Una persona que pasa en su casa encerrada un mes llena de privaciones y preocupaciones es normal que se deprima.  Pero si pasa un mes en un crucero visitando islas y comiendo lo que se le apetezca y sin más responsabilidad que disfrutar, difícil que tenga en su lenguaje la palabra DEPRESIÓN.

En este panorama, la astrología se presenta a los seres humanos de este siglo como un PRODUCTO.


EL CONCEPTO TRADICIONAL DE INTELECTUAL, HA FALLECIDO.

En mi pueblo donde fui niño, saber leer era algo que era asombroso.  Las Universidades siempre basaron su prestigio en que no todos podían leer la cantidad de libros que tenían en sus anaqueles y repetirlos de memoria ante personas fascinadas que eso fuera posible.

Con los cerebros cibernéticos, todas la Universidades han quedado anticuadas.  En Caracas, un señor aparecía en TV hablando de memoria de muchas cosas que habían pasado en la historia de la humanidad.

El público asombrado pensaba: ¿cómo podrá saber todo eso?  Ahora ese señor es menos importante que un CD  de dos dólares, que un adolescente puede manejar a su antojo y saber todo lo que quiera, e incluso,  saber mucho más que ese señor tan importante.  Hay una ventaja más: el señor a que aludo falleció: el CD sigue existente y pude ser duplicado millones de veces.

Por eso el concepto tradicional de "intelectual" ha desaparecido, salvo para la mente subdesarrollada de las autoridades que no aceptan el hecho de los PRODUCTOS.


LA ASESORÍA DEL SER HUMANO, EL FIN DE LA INTUICIÓN Y EL COMIENZO DEL USO DE LEYES.

Si se te malogra tu ordenador, no buscas a una persona que tenga una intuición muy desarrollada para que perciba qué es lo que le puede haber pasado a tu ordenador.

Si  tu carro tiene una falla, no buscas a un monje budista para que le recite unos mantrams y logre recuperar tu inversión y tu medio de movilidad.

Si necesitas que tu traje sea lavado para que vayas a una fiesta de graduación de tu hijo, no llamas a un astrólogo para que te diga a qué hora y en qué día  es propicio ponerte ese traje para que parezca limpio y los demás no vayan a ver que está sucio.

EL ser humano se ha dado cuenta que su vida no dura más de un siglo, si acaso.  Que tiene un capital que es su vida y que lo puede usar de un modo o de otro.  Los genetistas han establecido las leyes de  las repeticiones genéticas durante ese siglo de vida.  Los psiquiatras han establecido los parámetros de cómo en esa vida en cien años, cada ser humano, se trasforma en ganador, no ganador o perdedor.  Los sistemas educativos han creado instituciones súper autoritarias para encadenar los movimientos de ese humano durante ese siglo de manera que "se sienta ocupado y entretenido".

Las naciones y sus diferentes clases sociales han creado sistemas para que LO CIVILIZADO parezca lo mayoritario en el desenvolvimiento de las vidas de los grupos humanos de individuos que usan ese siglo de vida.

Pero ha surgido una pregunta: ¿es solamente la INTUICIÓN lo que debe ayudarnos a elegir que hacer con el siglo de vida del que dispone cada ser humano?

Sería bueno tener a los intuitivos dirigiendo la fábrica de productos.  De pronto el jabón de baño con el que nos bañamos se transforma en una granada y saltamos por el aire en fragmentos con apartamento y todo.

La fugacidad de tiempo de que se dispone, ha hecho que sea ingenuo confiar la vida a los INTUITIVOS.

Y los consejeros religiosos, filosóficos, psicológicos, astrológicos, basan  sus posibilidades de éxito en un 85% de buena intuición.  Además, no hay clientes exigentes porque, como demuestra la psiquiatría, más cómodo es seguir los parámetros de la mayoría humana y no rebelarse para nada contra los MODELOS aún cuando ellos sean destructivos.

Sin embargo, la astrología es un híbrido raro.  Se basa en cálculos de posiciones de los planetas del sistema solar, reales.

Hace cálculos en relación al instante de nacimiento de una persona en un lugar geográfico existente.  Construye un mapa con esa información, y luego lee ese mapa como si fuera el plano de una ciudad.

Pareciera que es una asesoría diferente.  ¿Será por eso que ha supervivido la astrología tanto tiempo?

Entonces, ¿a qué atribuir  que no sea un producto generalizado dado su simplicidad de cálculo (un minuto de tiempo mediante programas que existen, sin costo, en Internet), a la facilidad para aprender su lectura (unas cien horas de dedicación son suficientes)?


LOS OBSTÁCULOS SON LOS PROPIOS PRACTICANTES DE LA ASTROLOGÍA.

 Para asesorar al ser humano en el uso de su siglo de vida de la manera más productiva,  es natural que se recurra a: la genética, para no pedir "peras del olmo", 

a la psiquiatría, para hacerle ganador y sacarlo de perdedor y/o de no ganador, a sus valores y estilos de vida, para entender sus paradigmas, a la astrología, para entender sus posibilidades (fortalezas y limitaciones) como habitante del sistema solar.

Naturalmente es absurdo que se niegue la necesidad de usar la astrología y sin embargo se diga que es necesario cuidar el ambiente porque el ambiente es vital para el ser humano.  Escuché en 1972, a un erudito preguntarle a un ambientalista que negaba la validez de la astrología: "¿Quiere decirme por favor en dónde, para usted señor ambientalista, TERMINA el medio ambiente del hombre?" El ambientalista se hundió en su sillón.  Creo que nunca volvió a salir de allí.

Decir que la astrología tiene validez por esto o por lo otro, en el momento actual de la difusión de la información, es como querer inducirle a un habitante de una tribu de alguna selva en las bondades del celular último modelo.

Cualquiera persona que quiera saber astrología, pocas horas - repito, HORAS- de aprendizaje lo tienen transformado en un ser humano que USA ese producto y lo recomienda.  Pero querer inducir a una persona que acepte que algo tiene validez estando de antemano DECIDIDO a negar toda validez y solamente estar en un plano de discusión de palabras, es, en el mundo de los productos, una mala elección de cliente.

La astrología no es más difundida debido a que sus practicantes no saben cuáles son los cálculos matemáticos necesarios e imprescindibles y, muy importante,  qué se hace con esos cálculos.

Basta reflexionar que ASTROLOGÍA RACIONAL de Adolfo Weiss (LOS SILLARES DE LA ASTROLOGÍA, en su traducción literal),  publicado en 1924, sigue siendo considerado un gran libro de astrología, por los astrólogos.  Esto es así porque "en el país de los ciegos, el tuerto es rey".

El bien en la mayoría de libros que llevan el inexacto nombre de astrología no se hace alusión a los procedimientos matemáticos de la astrología, en el libro de Weiss, no se sabe que hacer con los cálculos que él presenta.  El da mucha valoración a la intuición y al talento para ser buen astrólogo.  Y sigue creando generaciones de astrólogos que impiden la difusión de la astrología como un PRODUCTO necesario para mejorar la vida humana.

Imaginemos que los médicos cirujanos no supieran que existe la anestesia y que cuando se les presenta la anestesia, ellos no quieren probarla sino que, simplemente, se sientan a discutir acerca de por qué es necesario que el paciente sienta dolor al ser operado.

Lo mismo sucede con los astrólogos en todas partes del mundo.  No quieren usar los sistemas matemáticos para calcular el nacimiento de un ser humano-cliente (por más que están disponibles gratuitamente en Internet) sino que quieren que se les demuestre que son necesarios.  Aluden que, con los pequeños cálculos que ellos hacen (el uno por mil de los necesarios) sus clientes están satisfechos.

Como si el cirujano que no quiere usar la anestesia nos dijera: lo mismo mis clientes se dejan operar por mí.  No necesito que no sufran.

EL astrólogo de toda parte del mundo, dice, además:  Dime cómo son las matemáticas completas de la astrología, explícamelas con claridad, pero te aviso que no tengo ninguna base de astronomía de posición, ni quiero tenerla.

En el caso del médico de mi absurdo ejemplo: háblame de cómo la anestesia elimina el dolor, pero no quiero que lo uses en mí ni en nadie.  Solamente explícamelo.

Esta mentalidad tan propia del astrólogo de todos los lugares del mundo (he conversado con centenares de ellos)  ha hecho que la astrología no pueda ser usada como un producto masivo, como lo es por ejemplo, la crema dental.

Porque la astrología es un producto que está dentro de los servicios de higiene: enjuague para evitar el mal olor cerebral.

Este mal olor cerebral lleva a que las personas se relacionen sin comprender a las personas con las que conviven, y sin comprenderse a ellas mismas.


Autor: Germán Rosas

Fuente: http://www.astroescuela.com/contenido/astrologia/enprodsiglo21.htm