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Dos pasos a la Verdad


Dos pasos a la Verdad

Hay solo dos pasos que dar en este camino. Si eres capaz de dar estos dos pasos, llegarás a la verdad.

El primero es este: ¿Puedes dar un paso con tu corazón y tu alma alejándote del apego a este mundo y de tus aspiraciones a una buena vida en el mas allá?

Y, ¿Puede tu nafs, tu ego, dejar de preocuparse por lo que otros piensan de ti?

Con estos dos pasos llegarás a la Verdad. Allah dice: “Si das un paso hacia Mi, Yo correré hacia ti.” Si comienzas el Todopoderoso terminará.

Se consciente del terreno en el cual das estos dos pasos. Que no

sea en la arena movediza de la imaginación. Si esta avenida no ha sido construida en terreno firme para ti por un maestro perfecto, deberías de haberla construido tu mismo. Nada se sostiene de pie en las movedizas arenas de la inestabilidad, multiplicidad y duda. Debes construir una base, algo sólido sobre lo cual construir tu camino. Esta base es la forma exterior de la religión, la ley sagrada, la Sharía.

Luego debes estar seguro de donde estás dando el paso, cual es la dirección a la que te encaminas. ¿Cómo ver, si está tan oscuro como la boca del lobo? No puedes ver porque tu ego ha puesto 70.000 velos entre tu y la Divina Luz. En esa oscuridad sólo puedes ver las películas de tu imaginación. ¡Eres el astro, eres el rey, un guerrero, un Don Juan, Donald Trump! No tienes que hacer nada, no tienes que ir a ninguna parte. Solo recuéstate y duerme...

Nuestro Maestro (saws) dice: “Los hombres están dormidos. Despertarán cuando mueran.” ¡Ay de aquellos que malgastan el preciado regalo de su Creador, la vida, el tiempo que tienen para vivir, en vano! En otro hadith, nuestro Maestro (saws) dice: “Los hombres están dormidos. Alguien debe despertarlos.” Aquel que te despierte debe estar él mismo despierto. Esa persona debe ser un maestro tal, que tenga una fe tal que pueda decir: “Aún si los velos que ocultan a mi Señor se levantaran, mi fe no se haría mas fuerte.” El debe ser un maestro que puede decir: “Mi corazón ve a mi Señor” y “No rezo a un Dios que no veo” como Ali (ra) dijo.


(Foto: Tosun Bayrak)

Sin embargo, si alguna vez despiertas a la Divina Luz, finalmente te verás realmente a ti mismo, te verás tan pequeño en comparación con los 18.000 universos, pero aún así serás capaz de estar de pie y observar el tiempo, y todo lo demás, fluyendo. Es como si tuvieras una “estación” mientras todo lo demás está en diferentes “estados”. Permanecerás estable mientras todo lo demás pasa, incluyendo tu propio ser físico que envejece.

Será como si estuvieras sentado en un tren que se mueve hacia delante y todo lo de afuera se mueve hacia atrás. Estarás estable y firme en el momento. Tu, no tu cuerpo, sino tu alma y El Siempre Existente, Al-Baqi, de donde ha venido tu alma, como una gota del océano infinito.

Cuando seas capaz de ver eso, conocerás el secreto de “Quien se conoce a si mismo conoce a su Señor,” entonces tu alma y tu corazón darán un paso alejándose de este mundo, y tu nafs darán un paso hacia la sinceridad. Entonces tu Señor, que está mas cerca de ti que tu vena yugular, te tomará de la mano. Caminarás con Él, te tomarás de Él, verás con Él y escucharás con Él.

Los otros no te verán, pues aún estarán en la oscuridad. Si pudiesen verte, como dijo Hasan al-Basri, (ks) : “Si pudiesen ver a los amigos de Allah, los tomarían por locos.” Y tu no podrás ver a aquellos en la oscuridad; si pudieses dirías: “Ay de ellos que no han tenido fe en Allah ni por un momento en toda su vida.”


Autor: Sheikh Tosun Bayrak al-Jerrahi

Fuente: https://www.webislam.com/articulos/18742-dos_pasos_a_la_verdad.html